Consagrada Imagen de Señor Sepultado de la Paz.

La historia de la C.I. del Señor Sepultado de la Paz se origina en el año de 1900, con la adquisición de la imagen actual, que se obtuvo con la venta de la imagen antigua del señor sepultado, la cual era de menor tamaño, junto con su andarilla de ocho brazos y respectiva urna fue vendida al poblado o hermandad de San Lorenzo, Suchitepéquez. (Ese mismo año se adquiere la imagen actual de la Virgen de Dolores y la imagen actual de San Bartolomé que sale en procesión).

 

El 14 de enero del año 1907 fue donada la urna donde es procesionado actualmente la C.I. del Señor Sepultado de la Paz, por el Presidente de la Hermandad don Benito Ahuja Valiente, quien encargara a don Pedro Lara su fabricación en la ciudad capital en los talleres de José Nazario Rivera. La C.I. del Señor Sepultado de la Paz fué esculpida por el maestro Enrique Acuña, tallada en el año 1900, (quien también es autor en ese mismo año de la imagen de San Bartolomé Apóstol que se procesiona en su feria titular). La C.I. tiene un tamaño natural de 2 varas de alto y media vara de ancho, su anatomía es perfecta, posee boca entreabierta barba, con un detallado bigote, dicha talla posee brazos móviles a la altura de los hombros y gracias a este efecto se realiza la ceremonia del acto de crucifixión, descendimiento y procesión el Viernes Santo por la tarde. Fué Consagrada por petición de los miembros de la Hermandad por lo venerada y milagrosa un Miércoles Santo 11 de abril de 1979 en el atrio de la Catedral San Bartolomé, a las 7 de la noche, por Monseñor Angélico Melloto, V cumpliendo este año 2015  XXXVI años de Consagración.  La marcha oficial de la C.I. se llama Señor Sepultado de la Paz siendo su autor Manolo Fernández,  es la primera marcha que se escucha al momento de iniciar el recorrido procesional el viernes santo por la tarde, en el interior de la Catedral San Bartolomé, previo a escuchar la marcha el Símbolo de la Hermandad y posteriormente la granadera.

 

La C.I. del Señor Sepultado de la Paz para su conservación ha recibido varias restauraciones, la última aplicada en forma completa a la imagen, del veintitrés de junio al ocho de julio del año 2012, en el salón de sesiones de la Hermandad, por el Licenciado en Arte con Especialización en Restauración Jorge Alberto Carias Ortega, con el visto bueno de la Licenciada Aura Rosa González de Flores, quien funge como Jefe del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Muebles, del Instituto de Antropología e Historia de Guatemala. Asimismo el diecinueve y veinte de enero del año dos mil trece el Licenciado Jorge Alberto Carias Ortega colocó los protectores de plata en las manos y pies de la C.I., los cuales fueron delicadamente tallados por el joyero mazateco Salvador Morales Pálala y  colocados por recomendación del Licenciado Jorge Alberto Carias Ortega, como un medio para proteger el encarnado de la imagen, cuando le son colocados los clavos que lo aseguran a la cruz en el acto de crucifixión, siendo la tercera imagen del país que el Licenciado en mención coloca, anteriormente las C.I. del Señor Sepultado de la Iglesia de San Francisco y de la Recolección ambas de la ciudad capital de Guatemala. La restauración de la C.I. se terminó en la semana santa del año dos mil catorce la C.I. lució cabellera nueva fabricada con la donación de cabellos de señoritas devotas a la C.I., realizada en forma artesanal por Danilo Briones propietario del taller “Cabelleras Sacras” de la ciudad capital de Guatemala.

 

 

Escrito por: Licenciado Antonio Francisco Aguilar Bolaños.